miércoles, 22 de abril de 2020

Cielo de claraboyas

Abril, 22. 

"La reja del ascensor tenía flores con cáliz dorado y follajes de fierro negro, donde se enganchan los ojos cuando uno está triste viendo desenvolverse, hipnotizados por las grandes serpientes, los cables del ascensor."

Así comienza el cuento de Silvina Ocampo "Cielo de claraboyas".  Yo era una niñita de veinte años estudiando el Profesorado en Letras. Recuerdo el pasillo del Instituto, el aula y los estudiantes atentos a la lectura. Nuestra profesora de Teoría Literaria, Isabel Vassallo, nos presentaba a la autora. Esa tarde aprendí a leer de otro modo y quise que todas las personas que me rodeaban leyeran este cuento. 
Corría el año 2000,  el blog empezaba a ser una herramienta de comunicación y de publicación para jóvenes escritores. Nombre al mío: "Cielo de claraboyas". 

Después de veinte años, una pandemia ataca al mundo, vivimos envueltos en una atmósfera de incertidumbre, sin embargo, ahí sigue la escritura. Volver a ese germen de todos mis proyectos, a las palabras publicadas en los blogs, a los fragmentos de la literatura que leí con otras, otros, otres.